GUÍA PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA Y LA ATENCIÓN OPORTUNA DE LA SOSPECHA DEL CÁNCER EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

Las enfermedades no transmisibles (ENT) son uno de los principales retos de salud pública en la actualidad; ya que representan más del 70% de las muertes anuales en el mundo. Hablamos, entre otras, de enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad respiratoria crónica y el cáncer. En Panamá el cáncer ocupa los primeros lugares como causa de muerte, discapacidad y dolor para el individuo y la familia. Es aún mayor el efecto cuando se trata de un cáncer en niños y adolescentes.

El cáncer es una de las principales causas de muerte de niños y adolescentes en todo el mundo. Cada año, más de 400.000 niños son diagnosticados con cáncer en todo el mundo. En la Región de las Américas, se estima que 32.065 nuevos casos de cáncer en niños de 0 a 14 años, durante el 2020; de ellos, 20.855 casos ocurrieron en países de América Latina y el Caribe y se estima que fue la causa de muerte de 8.544 niños y de ellos, 7.076 en América Latina y el Caribe entre ellos Panamá.

La gran mayoría de los niños con cáncer viven en países de ingresos bajos y medianos, donde enfrentan inequidades en aspectos como la detección temprana, el diagnóstico oportuno, el acceso a tratamientos de calidad y los cuidados paliativos que se deben dispensar. Los peores resultados que experimentan estos niños son, la amenaza para la prosperidad económica y social, así como el logro de las metas globales incluidas en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.

Con esta contribución, la GUÍA PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA Y LA ATENCIÓN OPORTUNA DE LA SOSPECHA DEL CÁNCER EN NIÑOS Y ADOLESCENTES, Panamá da un paso adelante para que nuestros niños no se queden atrás a la hora de ser detectados tempranamente en nuestras instalaciones de atención primaria y atendidos oportunamente a nivel hospitalario mediante una cohesión activa en la red de salud y un equipo proactivo que tenga en su norte a los niños y adolescentes como el futuro con el que cuenta el país.

Aprovecho esta oportunidad para expresar un profundo agradecimiento a todos los que colaboraron en este esfuerzo, interinstitucional, intersectorial, de la sociedad civil y de los gremios profesionales, para hacer realidad esta iniciativa y a los profesionales de la salud que verán en ella una herramienta para mejorar el futuro de nuestros niños en riesgo.